Los suministros como el gas, el agua y la electricidad los suelen proporcionar empresas privadas, el consistorio municipal o el gobierno federal. En muchos casos, debes solicitar tú mismo estos servicios (excepto el agua), y acordarte de llevar tu contrato de alquiler, número de la seguridad social y una foto.
Dependiendo de tu historial crediticio, puede que te pidan una fianza que puede ir desde $50 hasta $300.
Agua: El agua se factura según el uso y se cobra junto con el alquiler. En general el agua del grifo en EEUU se puede beber. Hay una serie de sistemas de filtrado para purificarla y mejorar su sabor.
Electricidad y gas: Cada inquilino debe solicitar este servicio a las compañías locales de electricidad y/o gas. El propietario, manager del edificio o el portero pueden informarte de quién es responsable del suministro de gas y electricidad y dónde puedes solicitarlo. Comparadas con las de otros países, las tarifas de la electricidad en EEUU son bastante razonables.
Corriente eléctrica: La electricidad es de 110 voltios, con una frecuencia de 60 Hertzios. Dependiendo del país del que vengas, puedes necesitar adaptadores o transformadores. Es fácil encontrarlos en tiendas como Radio Shack, en el supermercado, e incluso en las farmacias.
Reciclaje
Muchos estados americanos se están volviendo cada vez más ecológicos (sobretodo California) y la gente suele separar las basuras. En los edificios suele haber diferentes contenedores, y el papel, el cristal y los envases se suelen recoger por separado. Los envases suelen tener un símbolo que indica que se pueden reciclar. La comida y los residuos orgánicos se recogen por separado para composite.
Productos químicos: Toda basura que contenga veneno o productos químicos (ej. Neveras, pintura, pilas, etc.) tiene que llevarse a depósitos especiales y no puede tirarse a los contenedores de basura normales. Estos depósitos están gestionados por las compañías de tratamiento de residuos locales. Las pilas se pueden tirar en los supermercados o en las tiendas de electrónica.
Cosas grandes: Los muebles viejos y los electrodomésticos grandes pueden ser recogidos por las compañías de tratamiento de residuos, que suelen cobrar por ello, o los puedes llevar a un basurero tú mismo.
Ropa: La ropa y los zapatos viejos pueden donarse fácilmente. Hay muchas organizaciones que tienen tiendas especializadas en recibir y vender ropa y accesorios usados. Puedes encontrar sus direcciones en las páginas amarillas o en Internet.