Todos los hospitales, con la excepción de algunas clínicas privadas, están abiertos a todos los pacientes asegurados. Normalmente son los médicos los que remiten a un paciente al hospital, donde será atendido por un médico de allí.
En Austria, los hospitales no son baratos. Todos los gastos deben ser abonados por tu seguro o por ti. No hay nada gratuito, ni siquiera cuando se trata de una emergencia. Tú decides si te conviene o no ir al hospital, infórmate de qué es lo que cubre tu seguro.
Cuando acudas al hospital, lleva la documentación del seguro, aunque es poco probable que te rechacen si se trata de una emergencia. Si te ingresan, tu seguro se hará cargo de los costes de tu estancia, y de él dependerá la habitación que te den. Si es privado, será una habitación individual o doble, y si es público tendrás que compartir con dos o tres personas más. Llévate tu propio pijama, toallas y bolsa de aseo.
Todos los hospitales tienen un servicio de urgencias ( Notaufnahme) al que puedes acudir a cualquier hora si necesitas tratamiento inmediato y urgente.
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